miércoles, 23 de julio de 2014

CUADERNO 10




¿Y si finalmente, frente al videojuego, en la realidad no hubiese última pantalla?



Al final el modelo más ajustado a la realidad resulta ser la realidad misma. ¿La diferencia entre mapa y realidad sería sólo asintótica, si nos ponemos neoplatónicos?



Acudía al entierro incesante de olas con la espalda estrellada a decir su discurso, y el viento de sus palabras movía el mar. La poesía como la única maquinaria posible del movimiento perpetuo.



El cerebro como orquesta, el flujo mental como desarrollo musical. No hay sede central del yo, dicen. Hay un cerebro modular, orquestado, y una policromía de aportes. Mera apariencia de la identidad individual. En la Naturaleza las entidades son siempre sociales, colectivas. Un neurólogo describe: un teatro neuronal multimedia. Y así las metáforas tecnológicas regresan al propio cerebro.



Esto tampoco es una tormenta, contraatacaron los ingenieros simuladores de la IBM a los pintores surrealistas. 



Cuando el saber hacer de la vida múltiple se transformó en hacer saber de la inteligencia simbólica de unos primates.
 


Un diamante, pero muy en bruto.



La importancia trascendental, casi homicida, de una coma atravesada y nocturna en la nuez de Adán.



Asombrarse de la luna llena, el sol poniente y la inhumanidad en racimo en Gaza



Vidas vecinales de aburrimiento sideral, maledicencia y traición respecto al que toque. Y lo confunden con la placidez e incluso la felicidad enfrente del portal o el garaje, sin ni una sola sonrisa auténtica espoleando los músculos faciales adecuados, por enmohecidos.



Una historia de problemas constantes en un ambiente químicamente desequilibrado y su hallazgo de soluciones, que llaman vida. El pensamiento humano, su fase avanzada a medida que el planeta ha ido ecológicamente madurando –ver más en James Lovelock y Lynn Margulis-Dorion Sagan: del ingenio bacteriano a Shakespeare, Picasso o Einstein sin solución de continuidad, solo cambia el marco.



El error fatal de cualquier argumentación que pretenda ser anticipadora suele radicar al final en sus inamovibles. De ahí las grandes sorpresas. El principio inamovible de toda profecía.



La energía solar se distribuyó artísticamente por los alambiques de la vida –hasta desembocar en un culto religioso a sus poderes en nuestras religiones antiguas. Al final la estrella se hizo adorar.



Inventariar en qué términos, con qué metáforas o experimentos mentales, se mueve actualmente nuestro desconocimiento sobre la mente. Desde la caja china de Searle hasta la selección natural neuronal o los hormigueros auto-organizados.



Los amantes tienen mundos muy diferentes en la cabeza uno respecto al otro. Dos universos que sueñan viajar en una misma barca. Mundos paralelos que quedan en encontrarse un poco más adelante: justo cuando ya no existan. Aparecen entonces dos personas y un extraño contrato contraído en sueños por otros. ¿Trampas de la evolución y la oxitocina? ¿Revelaciones místicas diluidas en el tiempo…?



Los narradores mediocres parten de una ficción de lo que realmente es una ficción.



Creciendo en ansias el decrecimiento.



Sea en Haití, Madeira o el sudeste asiático se cumple siempre el mismo patrón: los pobres siempre gozan el lujo de habitar en primera línea de catástrofe natural. Y se anuncian grandes fastos en las décadas venideras.



La inteligencia humana sólo será inteligente si acierta a salvarse



Un experimento reciente demostró que los sujetos a los que se convencía de que sus actos estaban predeterminados y se les negaba la realidad de su libre albedrío tendían a estafar con mayor frecuencia cuando se les daba la oportunidad. ¿Una libertad que se parapeta en coartadas deterministas, o el efecto estadísticamente determinista de ciertas ideas sobre el comportamiento?



El filósofo como especialista en todo, lo cual entraña ya una contradicción en sus entrañas. O generalista en nada que tampoco ayuda.



Hormigas virtuales con sus feromonas virtuales que computan lo computable, y, al igual que los hormigueros de sus pares biológicos, resuelven problemas. Basta con que sean capaces de encarnar los conectores y operadores lógicos básicos en sus idas y venidas. ¿Pronto veremos el movimiento ludita prendiendo en los jardines del M.I.T., millones de hormigas luchando por su puesto de trabajo…?



Viejos aforismos y epigramas con aires nuevos. Pasen y deslean.



Moscas tan poco espantadas que huyen en camino de vuelta y enanos tan poco gigantes que ningún Quijote inverso nos tomaría por molinos de viento, si acaso por molinillos de feria.



Una época en que poder ver estrellas se había convertido en un reclamo turístico para la mayoría urbana de Humanidad, y el cielo en un parque temático.



La ONU maullando apenas a los grandes destructores de naciones hundidas.



Busquemos en el horizonte galáctico el color de la química de una civilización extraterrestre hipertecnológica. Lo propuso Freeman Dyson. Uno de los ejemplos más potentes de imaginación científica de esta galaxia y alrededores, como poco desde Giordano Bruno



Un dolor de cabeza incapaz de pensar por mí mismo.



Ese humor autista porque no pone al corriente de los detalles.



Serotonina, dopamina, endorfinas: las hilanderas de la felicidad, depresión, agresividad, invulnerabilidad o miedo. Neurotransmisores que pintan de emociones un vibrante vacío energético. El corazón palpita en la periferia de la galaxia.
 


Premio Nobel 2007 a los padres de los primeros ratones transgénicos en medio de las renovadas condenas eclesiásticas al conocimiento. Y vio Dios al octavo día que la genética no era buena.



Como van descubriendo los evolucionistas, la mayor parte de evolución no consiste en inventar nuevas funciones de supervivencia o desarrollo, sino en usufructuar y combinar las existentes para resolver nuevos problemas. No hay arte que no provenga del reciclaje.



Faraday y Maxwell a la búsqueda de sus fantasmales campos electromagnéticos, a los que Einstein se apuntaría entusiasta en su propuesta de teoría de campos, incluido el campo gravitatorio al que todavía hoy le buscan su gravitón o partícula correspondiente. Ahora se trata detectar los campos-partícula. Higgs y el hallazgo al fin de su célebre bosón presunto responsable de la materia, que le supone un Nobel. Para mayor ironía, la otra cara del asunto, cuando aparecieron cosas como los neutrinos el comentario fue: ¿Quién diablos ha pedido esto…?



Incapaces de acogerse realmente al poder de la renuncia al poder, formaron Iglesia para poder ejercerlo a conciencia. Hasta las últimas treinta monedas de plata



Escribe Goytisolo que casi todos los recursos que Cervantes trajo a la novela moderna los aprendió en Las Mil y Una Noches de Argel. Ni en la novela occidental nos podemos sustraer de la fertilización ajena.



Gaza, enorme fuga de ángeles a diario por el sumidero israelí que va dejando en anécdota, cada vez en mayor grado de potencia genocida, a aquel apartheid surafricano bajo bendición occidental. Israel no anda desencaminada si aspira a frustrar por exceso semejante analogía, tan indignada cuando se les sugiere.



M.C. Escher o las aporías de la perspectiva. En especial, la perspectiva cognitiva. El juego armónico, coherente, de las incoherencias. El infinito domesticando al domesticador de infinitos.



Es animal racional sólo cuando se reconoce loco el resto del tiempo.



Siempre nos quedará el departamento de inseguridad social con sede en todas partes.



Ciertas supersticiones económicas prosperaron tanto que pudieron adquirir a buen precio algunos modelos matemáticos como marchamo de rigor científico.



Halcones y palomas que migraron desde la teoría de juegos al habla política para designar el desacuerdo mínimo sobre cuándo hacer valer la supremacía militar para promover los intereses propios



La escisión del yo cerebral es la buena nueva de la neurociencia. Pero también que la música o la poesía unifican la lateralización de hemisferios.



La piel y el pelo están hechos de células que pueden revertir su especialización hasta tornar a su condición pluripotente inicial de células madre. Células embrionarias carentes de alma, esgrimirle a la Iglesia, sólo por un pelo.



En busca del gato encerrado en la paradoja cuántica del gato encerrado. El gato de Schrödinger, por su parte: ¿se planteará ese universo paralelo en que los físicos proyectan el experimento con su perro o su hamster…?



La muerte es un mecanismo celular. En lo que al individuo respecta el mecanismo supremo.



El conocimiento, en última instancia, es absolutamente juego. Pero la vida, estertores de conocimiento.



El primitivo troncoencéfalo da risa: allí se genera ese rasgo primate. Sólo nos quedan colateralmente unas pocas risas inteligentes para los juegos de manos del neocórtex racional.



La tele perdió el color, el servicio técnico perdió la tele y la empresa perdió el servicio técnico en una reducción de plantilla desesperada. Ahora la vida tiene otro color, como más del No-Do.



 Vivir, soñar sin cobertura.



Creció a la misma velocidad en que los chips tardan en reducir su tamaño a la mitad.



El cambio climático de las décadas en las décadas del cambio climático.



Grandeza de la libre competencia: los que están ganando la lucha de clases compiten por las cifras de la caridad y el tamaño del legado filantrópico.



Al despertarse el cuento del dinosaurio que al despertarse no se había ido seguía allí.
 


Burbuja inmobiliaria española, cuando se descubre que en efecto la cima era el suelo.


 
¿No prefiere Dios a los ateos porque son los únicos que no cometen las atrocidades en su nombre?



Saltando se acerca uno un poco más a las estrellas, aunque impresione muy poco a los que bucean a ras de suelo, que dice Sabina.



Hasta como fumador era pasivo.



El dolor del tiempo por minutos.



Una estrella en permanente caída sobre sí misma, como los agujeros negros.



Aferrarse con garfios a un pensamiento feliz.



Nada como el universo para desasirse de las estúpidas luchas por el poder dentro de la tribu.



Muchas gestiones y pocas digestiones.



El código de zarpas del león en los masai.



Continuamente usurpando nuestra propia existencia.



Contenedores de basura que bostezan al furioso viento.



Depura el excelente Juan Goytisolo en su marmórea escritura: La doctrina patria oficial, que aún se imparte en la enseñanza secundaria como otro lastre del posfranquismo, enseña aún que España expulsó a moriscos y judíos. Quiere decirse: los españoles cristianos hicieron limpieza étnica expulsando a los españoles moros y a los españoles judíos. La identidad y las esencias de la patria se forjaron a golpe de inveterado racismo y barbarie cultural y étnica, aún alimentados por los mitos nacionales de nuestra derecha nacional-católica (como el mito de Santiago matamoros patrón nacional). Y parece que persistente en esa mitad de la población aún catalogable de franquismo sociológico, que incluye una buena porción de la clase trabajadora poco ilustrada. Una derecha que sigue persiguiendo a jueces que se atrevan a abordar los crímenes franquistas. Pero hoy se cuestiona hasta el concepto mismo de Reconquista, lo mismo que el de Descubrimiento de América por su eurocentrismo excluyente. Concepto espurio teniendo en cuenta que no hubo una conquista previa de una España cristiana unificada.



Las supernovas, estrellas más energéticas en sus últimos estertores, generan metales y elementos aún más pesados que el hidrógeno o el helio, como nuestro carbono. Más aún, cuando nuestro sistema solar estalle, si no lo impide alguna tecnología futura, nuestros materiales carbónicos viajarán muchos millones de años por el espacio. Y quizás lleguen a fertilizar nuevos mundos: ¿no será cósmico, antes incluso que planetario, el ciclo de la vida?



Aquel abrazo de ojos que recobraba conjuntamente el océano cámbrico, incluso oyéndolo brotar nueva vida.



El modelo triunfante en esta crisis y subsiguientes es el chino, el brasileño o el ruso, marcados por tremendas desigualdades económicas y políticas. La EEUU del Tea Party y Europa lo compensan explicitando ahora en fascismos sociales el fascismo disimulado de la maquinaria económica desde hace décadas.



Seguir de cerca la prensa económica como el que apuesta en carreras de caballos hacia el precipicio.




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