viernes, 1 de agosto de 2014

CUADERNO 4



Neurológicamente se puede hablar del cerebro como un homúnculo algo distorsionado: si trazamos el mapa del cuerpo en el cerebro ateniéndonos a la relación de las distintas regiones con manos, piernas cabeza y espalda, obtenemos la imagen del cerebro como un homúnculo “con dedos, lengua y rostro alargados, y espalda y tronco contraídos”. Una curiosa y analógica autosemejanza a lo fractal: ¿somos nuestro cerebro prolongado al entorno en cuerpo, o somos nuestro cuerpo auto-replegado en cerebro?



Supernova a la vista esta vez en el cielo literal.



A pedir de boca del lobo.



Refrescando los tiempos el Índice de Desarrollo Humano (IDH) del Nobel de Economía Amartya Sen que, frente al PIB, conlleva la desfachatez de incluir numerosas externalizaciones desechadas por los cálculos financieros y del pensamiento liberal –lograron que tenga sentido el oxímoron integristas liberales- y por el cual algunas regiones de la India o del sudeste asiático superaban no solo el nivel de vida de los guetos norteamericanos sino incluso el de muchos ciudadanos medios del país más rico (aún) del mundo. 



Como si un faraónico acto institucional y propagandístico fuera a detener la caída de vocaciones clericales en España, o fuese a llenar de nuevo las iglesias. Sigue siendo válida la caracterización stendhaliana: Son la broma en serio. No es solo anticlericalismo de las izquierdas frente a una Iglesia cómplice de la dictadura franquista y co-represora. Es que la Iglesia como poder económico en este país –político, mediático, financiero, educativo- es parte protagonista de la situación que denuncian los indignados.



Dice Stephen Hawking con humor que no considerar como sospechosamente objetiva la sorprendente convergencia entre las distintas teorías de supercuerdas junto con la teoría de la supergravedad en una teoría subyacente común, la famosa Teoría M, equivaldría a sostener que Dios dispersó los fósiles por el mundo para engañar a Darwin sobre la realidad de la evolución. No tanto humor a fin de cuentas: es el argumento en serio de los creacionistas norteamericanos.



De sitios encantadoramente premodernos como Iowa, que acaba de elegir a una representante del Tea Party como candidata republicana al congreso, depende la gobernanza de EEUU y por tanto, en buena parte todavía, la del mundo.



Del universo cerrado medieval al infinito mundo, que decía el famoso historiador de la ciencia A. Koyré, ejemplificado por Giordano Bruno o las fantasías de Kepler respecto a otros mundos habitados por civilizaciones inteligentes. Contábamos en aquellos años 50 de la Guerra Fría con la ecuación probabilística de Drake sobre la vida en el universo, hoy ampliamente revisada o corregida, al tiempo que el gobierno de los EEUU alentaba la cultura OVNI para tapar de avistamientos sus vuelos y proyectos militares secretos.



Al dinero se le van acabando los refugios al tiempo que va desmantelando en todas partes los refugios sociales.



Especie hipermétrope de la sabana, de miopía política contumaz.



Sitios metafísicos a los que ir antes de morir, en lugar de después, colonizados por los sueños.



Las bajadas de impuestos en los últimos 15 años, tan celebradas para las clases medias en las que se supone que tanto repercutían y por las que competían ambos partidos para ganar votos, en realidad han supuesto un recorte de menos del 2% para esas clases medias pero del 37% para las grandes fortunas.



Tomárselo con estadística.



Leer o escuchar siempre en cursiva.



Volver al pasado para matar a tu abuelo, y refrescar el viejo debate de la ciencia ficción -después en las teorías de Everett y en las ideas recientes de Kip Thorne, Hawking, Barrow y otros- acerca de las paradojas de los bucles temporales. Y el posible despliegue multiplicador de universos, de líneas históricas que al bifurcarse salvan la paradoja.


Aquel abrazo de hijo al afectuoso Eduardo Galeano en la Feria del Libro de Madrid, que aún le aporta calor incluso en el cálido Norte de África.



El peso de pertenecer a las pocas generaciones de las que va a depender la supervivencia o extinción de la vida inteligente en estos lares galácticos –quizás en toda la galaxia. Si fuéramos los únicos en el universo la cuestión adquiriría ya unos tintes de insoportable gravedad del ser.



La vida eterna era un requisito indispensable de la moral, según Kant, porque el perfeccionamiento moral prosigue indefinidamente. La posiblidad de que las civilizaciones superdesarrolladas puedan mudar de estrella a estrella según estas van muriendo, y prolongarse indefinidamente hasta que nuestro universo se disipe. Pero como escribe Michio Kaku, los agujeros de gusano podrían conectar con infinidad de otros universos.



Resultado de la mezcla de distintos tipos de homínidos, no solo en África sino también en Europa.



Grados de autoconciencia: los chimpancés se reconocen en el espejo, al contrario de la mayoría de mamíferos y cuántos de nosotros.



Bancos que vendieron las subprime y luego se forraron cobrando los seguros de impago –un modo sigiloso de apostar a que el precio de las viviendas bajaría- hundiendo a las grandes aseguradoras cuando empezó a desmoronarse el castillo de apuestas que tiraba del sistema.



Pero diez trillones de neutrinos atravesarán tu cuerpo y cerebro sin daño en estos segundos y enseguida estarán más lejos que la Luna. Cortesía de la etapa inicial del desacoplamiento de los neutrinos.  



Los efectos de haber dejado las llaves del mundo en manos de Aduaneros sin fronteras.



Thomas Jefferson, padre de la patria y la Constitución norteamericana ya avisaba de que dejar el control de la moneda en manos de la banca privada traería una monstruosa hipertrofia de organismos depredadores a sus faldas, un terrible daño social y un golpe mortal a la democracia. Matando al padre tan poco psicoanalíticamente.



Premio Nobel de la paz a la Lisístrata liberiana que logró acabar con la segunda guerra civil -y obligó a pactar al presidente Taylor de los diamantes de sangre que Naomi Campbell sí le aceptó- con una femenina huelga de sexo tal y como lo lograba la heroína de la comedia de Aristófanes.





CUADERNO 5




Las mismas áreas cerebrales implicadas en las emociones y en el conocimiento intuitivo de la complejidad.



Cefeidas para medir el tiempo del universo desde Hubble. Hoy desde el Hubble espacial ese papel lo desempeñan las supernovas A1, en las diminutas ventanas de la Vía Láctea a través de las cuales hemos obtenido las imágenes más sobrecogedoras y hermosas, como la Creación de Miguel Ángel, de las primeras galaxias cuando el universo apenas contaba con 600 millones de años. Y entonces supimos que la expansión se aceleraba a causa de una misteriosa energía oscura.



Espera en la vejez llamarse idiota por cosas más interesantes que esas.



Exploración incesante de meandros.



“Sin embargo, esta supremacía de lo necesario en la estructura del logos constituye –al decir de Colli- un error radical que convierte en ilusorio el camino del logos y su derivación: el devenir, la historia, la acción; pues el nexo entre las expresiones no es un nexo solo necesario, y por eso las expresiones no son siempre determinables. En lo inmediato hay una ambigüedad, una alternativa no resuelta, que Colli define como arché: o bien se sigue el camino de lo necesario a través de la causalidad, o bien el camino de lo contingente –y esa incertidumbre constituye el secreto del mundo-.” 



Ni siquiera ella misma creía ser ella, señal de que lo era.



La Iglesia peyotera que se negó a ser filmada en sus ceremonias para que el Congreso norteamericano rubricara su condición religiosa y no meramente lúdica, y ese fue el hecho que presentaron los antropólogos, entre ellos Bateson, como certificación de su condición sacra.



De la España rústica a la urbanizable a ras de ley del suelo.



El argumento de que todos tenemos la culpa de la crisis inmobiliaria en la misma medida que Botín excepto en el botín.



“Ya tenemos Sol: ahora vamos a por la Luna”. Si hubieran sido Mayo del 68 se referirían a las lunas del mobiliario urbano.



Aquel crédito que hoy podemos llamar, sin embargo alguno pero con muchos embargos, de gatillo fácil.



La conjura de los listos, tanto que cada cual lo era mucho más que el de al lado.



El 100% de objetividad es una entelequia, afirma un paleontólogo en t.v. Deducir de ello que no existe ninguna objetividad es un flagrante error de bulto lógico al que sin embargo los posmodernos siguen llamando Filosofía.  



El vano de una puerta de salida cegada en más de lo mismo.



Tony Judt que definió -precisamente en su último libro antes de morir: Algo va mal- espléndidamente los valores de estos treinta años de neoliberalismo parodiando certeramente a Mandeville: privilegios privados, indiferencia pública.



La complejidad de definir el concepto de complejidad, que señala el lógico Carlo Frabetti: un concepto capaz de medir su propia incapacidad de apresarse a sí mismo.



Los hipotéticos planemos errantes sin estrella podrían ser calentados indefinidamente por la materia oscura del centro de las galaxias: la teoría ha encontrado conjeturalmente el retiro dorado de las civilizaciones inteligentes.



Las estadísticas sobre el FMI hablan por sí solas sobre el éxito de sus ajustes y reformas en las últimas décadas en África, Sudamérica o el Sudeste asiático. Pero ¿va a creer usted a sus ojos antes que al FMI?



Gaviotas que son la risa del mediterráneo.



Quizás la primera materia viva sembró nuestro planeta desde Marte y somos todos marcianos, quizás acabemos viviendo en cualquier prometedora luna como Europa.



La Gran Nube de Magallanes como un rostro desencajado.



El conservadurismo británico que relegó las informaciones fidedignas y grabaciones que demostraban que la URSS de Stalin no tenía ningún interés en instalar un régimen soviético en España, y en cambio favoreció y amplificó a través de sus diplomáticos la extraña leyenda mendaz de que efectivamente eso era lo que estaba ocurriendo: algo que sigue haciendo las delicias del revisionismo profranquista actual, y que sirvió al propio Franco de coartada para perpetrar y prolongar su dictadura.



El pensamiento como ocasional dispendio de un sistema de dominio que genera gente ociosa que puede permitirse emanciparse espiritualmente de ese mismo sistema que paradójicamente lo propicia, escribió Horkheimer respecto a Platón y Aristóteles como prototipos primeros del intelectual europeo, sin entrar demasiado en la oscura financiación de su propio Instituto alemán de pensamiento social.



El interesante análisis de la kinésica de los individuos. En la Filosofía eran Nietzsche u Ortega desconfiando de los que no saben bailar. Ortega echando de menos algún elemento de ingravidez en el rígido Heidegger cuyo pensar pesaba como una losa. El baile que es jugar con la gravedad para engañar pareciendo engañar a la gravedad, me decía una antigua amante bailarina. El baile como imprevisibilidad en un marco de reglas de partida y estrictos patrones de juego con los que a su vez jugar y explorar sus límites, que podría avalar la Teoría del Caos y los Sistemas Complejos.



Pacto bipartidista para que los que devuelven el piso al banco sigan amarrados a la deuda, lo mismo que para ocultar el alto grado de tóxico mercurio en algunos peces de frecuente consumo: por la ausencia de boca muere el que se come el pez.



La horca atmosférica.



La atracción hipnótica que ejerce el dinamismo dialéctico en nuestra imaginación narrativa y comprobada inteligencia episódica, lo mismo que en la música. Porque además de estar hechos de simetrías y capacitados evolutivamente para percibirlas, pensamos también mediante simetrías: de ahí esa sensación de placer intelectual ante lo que solemos llamar ironías del destino, que suelen ser nada más que estupidez humana larga y naturalmente castigada a su tiempo.



Ahí estaba la gracia para Parménides o Heráclito: pensar siempre desde dos polos contrapuestos una realidad única.



La teoría del azar relativiza filosóficamente nuestra tendencia a sobreestimar la presunta capacidad del éxito. Lo hizo por ejemplo Taleb en su reciente y célebre El cisne negro. La estadística suele poder explicar por sí sola tanto la excelencia como el infortunio rotundo en muchas actividades ciñéndose a consideraciones de mera aleatoriedad –lo que debiera reducir notablemente las exorbitantes retribuciones y bonus de tantos ejecutivos del sector financiero y empresarial a los que se atribuye largas cadenas de aciertos por alguna esencia especial de su personalidad, o extraordinaria intuición: suele bastar ampliar el número de jugadas de la cadena para entenderlas como una mera desviación de la media esperable en algún momento en alguno de los jugadores en alguna racha. El sector bursátil está plagado de gurús de esta laya, recalca el sagaz estadístico y profesor Mlodinow, resultados aleatorios del casino global



Como recuerda Maalouf en El desajuste del mundo, Nasser en el mundo árabe cristalizó ese culto sagrado panarabista al elegido de los dioses, pese a la catástrofe del 67 en que le atraparon las trampas enemigas en torno a su propia retórica de liberación anti-israelí –y sin embargo fue el nacionalista Sadat en el 73, con mucho menor carisma, el que obtuvo alguna migaja de victoria que echarle a la boca al humillado mundo árabe.



Temperaturas más altas que en el centro del sol aisladas en una burbuja magnética que levita, para producir helio como en las estrellas: el proyecto internacional ITER que promete para el 2030 energía de fusión nuclear ilimitada, limpia y segura para el mundo. No se olvide que es una inversión de los gobiernos: como lo fue el desarrollo informático y de Internet, mucho dinero público invertido para que su explotación terminara en manos de grandes intereses privados y corporativos como IBM o Microsoft.



Mediterráneo que dormita su muerte de biodiversidad bajo el látigo reflectante.



Hasta las migajas filantrópicas de los beneficiarios contabilizan en el beneficio.



Solía glosar aquello de Foucault que glosaba a Montaigne cuando decía que nos pasamos la vida glosándonos unos a otros.



Treinta billones de células y nos lamentamos todavía de ser tan plurales incluso como individuos.



El renacentista, ludócrata y prolífico Cardano pionero en los conceptos de la matemática que encontraría siglos después su traducción física en el desarrollo de la mecánica cuántica: los números negativos y el cálculo de probabilidades –si obviamos a los matemáticos chinos de siglos anteriores que ya los avanzaron.



Aquella maldición china que citaba Umberto Eco: ojalá te toque vivir en una época interesante.



Von Hayek y el asesino de Oslo parece ser que estaban convencidos de lo mismo: que la socialdemocracia nórdica necesariamente desembocaría en fascismo. En el caso de Hayek simplemente por la circunstancia histórica de que el experimento socialista local en su Viena de infancia fue arramblado por el empuje nacionalsocialista que lo desbarató.



La falacia del condicional bayesiano latente en las lógicas conspiratorias que inundan la Red: confunden la probabilidad de que si hubiera realmente una conspiración global los datos esgrimidos fueran pruebas que lo demuestran, con la escasa probabilidad de que si los datos fueran ciertos probaran la existencia de la supuesta conspiración global, afirma el profesor Mdlodinow.



Todo el mundo sabe que el barco se hunde / todo el mundo sabe que el capitán mintió (Leonard Cohen).



La ley de los pequeños números, ironizaban los nobeles Kahneman y Tversky, con la que pretendemos erróneamente representar el clima social a partir de una muestra muy limitada de gente que conocemos o con la que hablamos.



Aquel esquema histórico del historiador Toynbee, casi póstumo, basado en la relación entre el ritmo de cambio e innovación frente al de las comunicaciones. Hasta hace unos 5000 años aproximadamente -casi la totalidad histórica humana- la lentitud del cambio era incluso mayor que la de las transmisiones por el globo, midiéndose en decenas de siglos: esto propiciaba la uniformidad de las sociedades y sus estilos de vida a lo largo del planeta. Luego los cambios empezaron a ir más rápidos que su difusión y fue en estos últimos milenios cuando empezaron a diferenciarse las sociedades: y surgieron Estados, religiones estatales y decisivas diferencias técnicas y culturales. A partir de 1500, los cambios técnicos vertiginosos de la modernidad llevaron a que la difusión superara el también acelerado ritmo innovador, conduciendo hacia una nueva y creciente uniformización humana, vehiculada ahora por un sistema capitalista colonialista y depredador global cuya exacerbación vemos hoy a nuestro alrededor. Escribe Amin Maalouf con cierto instinto que a comienzos del s. XXI, con todas sus crisis globales emergentes –financiera, medioambiental, geopolítica, demográfica, etc- quizás ingresamos en una cuarta fase incierta y peligrosa en la que las consecuencias de los cambios van más deprisa que su adaptación técnica y social.



Aquel recordatorio que el dramaturgo Pinter lanzó al recoger el Nobel hace unos años, de que murieron más millones de personas por la represión en la órbita capitalista que en la comunista en la Guerra Fría de aquel siglo corto de Hobsbawm, pero de plomo.



Aquel niño que “arreglaba radios pensando” contaba el Nobel de Física Feynman regocijado en sus memorias, cosa que al vecino le resultaba casi mágica.



El 80% de los declarados santos por la Iglesia pertenecieron a la elite y solo el 5% surgió de las clases más desfavorecidas: teniendo en cuenta que en todos esos siglos esas elites representaban apenas el 5% de la población, las conclusiones de este reciente estudio norteamericano respecto a los intereses que ha defendido secularmente la Iglesia sin duda resultan algo más que blasfemas.



La falta de resolución en cada Resolución crucial de la ONU hasta hoy.



Réquiem de té y hierbabuena por el fresco viento atlántico en bulliciosos cafetines del derretimiento.



La Medina de Tetuán, el arte en Fez, la cosmopolita y oscura Tánger. –Aquel viejo dicho citado por la escuela de psicólogos de Palo Alto herederos de Bateson: “Me dices que vas a Fez y yo sé que eso significa que no vas a Fez; pero luego me entero por terceros que en efecto has ido a Fez: ¿por qué mentirme a mí, que soy tu amigo…?”.



Religiones de la ausencia de otros libros.